miércoles, 20 de abril de 2011

Me voy el sábado



!Qué bien huele! Cada vez que vengo a Comillas pienso lo mismo cuando salgo al porche y veo caer la noche. Es un olor especial que me transporta a la infancia y a los tiempos en que saliamos de marcha y me acompañaba el amigo de turno a casa, nos despediamos una y otra vez, creo que para poder besarnos más veces. Aquellos besos, entre la pasión y la inocencia. La casa está tranquila y yo no puedo dormir. Me gusta este silencio de lugar aislado del tráfico, siempre he sentido que hay algún mundo misterioso que no puedo ver en medio de este silencio.

Pablo me ha dicho que tiene que marcharse. El sábado. Tiene que volver a Santander y luego se irá a Burdeos para no se qué de un proyecto nuevo. ¿En sábado? si, no le queda más remedio. Odio que me deje aqui con los niños y además con mi madre. Estoy tan cansada que ni siquiera quiero pensar en la razón por la que se va en sábado. Mañana iremos a Santillana con los niños, siempre que venimos quieren ir, damos vueltas por el pueblo y compramos sobados y quesos y regalitos para los amigos.

De repente hay unas cuantas personas que se han unido a mi blog, siempre me pregunto si de verdad alguien leerá lo que escribo. Yo sí suelo darme una vuelta para ver qué dicen los demás, es curioso ver las vidas de otros reflejadas en palabras más o menos sinceras. Algunos de mis seguidores son auténticamente curiosos y la mayor parte escriben muy bien. No sé en cual de ellos he leido algo sobre el tal Santiago de Cos, el que el otro día parecía se había tirado por una ventana del Marañón. Me ha parecido curioso que coincidamos en la misma noticia. Pero se ve que ahora todo se sabe y lo saben casi todos.


Tengo que corregir lo que escribo cada dos por tres porque estoy sentada en el porche en una butaca de mimbre que era la preferida de mi padre, es como un nido caliente en el que me pierdo, de pronto ha empezado a llover, no mucho, solo esa especie de agua bendita del norte que todo lo vuelve verde y que hace que brote de la tierra un olor a hierba y humedad delicioso. Pablo se marcha el sábado y yo voy a quedarme unos días aquí con mi madre. No quiero pensar en ello, tal vez debiera ser un poco más valiente y hacerlo. Pero hoy no, quizá mañana.

4 comentarios:

  1. Vine para agradecerte tu visita y ver que "sentias".Con tu permiso me quedare.Como ves yo tambien leo lo que escriben los demas.Me encanta Comillas,que disfrutes estos dias.Un abrazo desde mi silencio.Esstrella

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  2. tengo que publicar como anonimo porque no me deja de otra manera.
    Esstrella

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  3. Hola Esstrella me alegro de que te quedes con nosotros me alegrará leer tus comentarios.

    Un abrazo.

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  4. Hola, Blanca. ¡Qué porche más bonito tienes! Hace muchos años estuve con mi difunto en toda la costa alrededor de Santander: en Comillas, en Santillana, lo de las tres mentiras, en Santoña; y en la capital, que las señoras van elegantísimas por el paseo Pereda; y fuimos con un barquito a Pedreña cruzando la bahía. Yo ahora estoy en Peñíscola y luego lo contaré en el blog. Pero esto es muy diferente, ya lo debes saber, que aquí no hay marea y puedes dejar tranquilamente la toalla en la playa para ir a pasear.
    Ah, y también estuvimos en Potes, que no sé si ya es Asturias.
    Besos.

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