martes, 23 de agosto de 2011

Descubriendo Mahón



Lo que hemos encontrado ha sido una población atemorizada pero perfectamente organizada. La gente se oculta en los lugares más inesperados pero están dispuestos a colaborar en todo, al menos una mayoría, porque una pequeña facción se ha ocultado en la zona interior de la isla a esperar acontecimientos. No se lo reprocho porque han debido pasar mucho, al parecer.

Nos han hecho un gran recibimiento, curiosamente y a pesar de que hay un mar por medio, les han llegado noticias de nuestras aventuras, no solo de la muerte de Rolando, al que lloran apenados y llenos de rabia, sino de mis propios éxitos. Su admiración ha crecido cuando les hemos contado que Pilar destruyó el molino, ahora la tratan con tanto respeto que ella está preocupada porque le gusta hablar de tu a tu con la gente y así no hay manera.



Han excavado trincheras en los accesos a la costa, en ellas permanecen vigilando por turnos, unos mirando al mar y otros al interior. Sabiendo lo que sabemos ese esfuerzo nos parece inútil, pero al menos hacen algo para defenderse de lo que va a pasar. Nos hemos dirigido a los fortines que se encuentran en la entrada al puerto de Mahón, el de La Mola está en el lado norte y el de San Felipe en el sur y han sido restaurados y reforzados. Nos han parecido un buen lugar para organizar una defensa útil y segura. Hay voluntarios ocupando ambos lugares, por eso hemos tenido que separarnos ya que no había sitio para todos en ninguno de los dos, así que, un grupo se quedará en La Mola y el otro en San Felipe y una vez instalados nos reuniremos a informar e informarnos con los habitantes de Mahón de todo lo sucedido y por suceder.

Hoy han comenzado a llegar a la isla pequeños grupos de emisarios convocados al parecer por el líder que dirige toda la estrategia aquí, no sabemos bien de donde vienen ni quienes son, pero hay muchos y aún esperamos a más. Estamos expectantes por escuchar lo que cuentan de otros lugares, cuál es la situación. Por la noche nos hemos reunido en una Posada estratégicamente situada cerca de la Plaza Real, el Ayuntamiento (donde se va a celebrar la reunión) y el puerto deportivo, ocupa una casa típicamente menorquina y posee algunos detalles que nos interesan mucho como wifi, fax y espacios para reuniones y un buen servicio de cocina por si tenemos que alargar nuestras propias reuniones. Esperemos que todo esto funcione adecuadamente.




Como decía nos hemos reunido allí Pilar y su grupo y el mío, caminábamos cuidadosamente por las callejuelas cuando he notado un olor hediondo que parecía brotar de los desagües y alcantarillas de la ciudad, cuando lo he comentado mis camaradas me han confirmado que ellos también lo sentían. No hemos podido ponernos de acuerdo sobre cuál sería la procedencia de aquella peste. Hemos hecho elucubraciones sobre si serían cadáveres de animales muertos, como ratas y otros así, o tal vez de personas que no han sido enterradas después de las batallas y se están descomponiendo. También hemos descubierto otra cosa y es que nos siguen, discretamente pero nos vigilan de cerca. Desconfían de nosotros, al fin y al cabo somos extraños y bien podríamos ser espías o traidores al servicio del Rey y sus secuaces.

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