jueves, 14 de abril de 2011

Me voy pitando







Hay veces en que me siento idiota y el caso es que, a estas alturas de la vida ya debiera estar acostumbrada. Yo se que el problema no es de los demás sino mío. Aún creo en la gente y creo que espero de ella demasiado, supongo que esto es una tontería.

A veces alguien se te acerca, a mí se me acerca bastante gente, puede que me vean inocente y además dicen que soy simpática. Me cuentan esto y lo otro y yo les escucho porque me gusta atender generalmente a quien me habla con una apariencia normal. Y parece que serán los mejores amigos del mundo y lo son durante un tiempo, luego te das cuenta de que solo eran palabras y palabras para pasar el tiempo y tal como vinieron desaparecen. Bueno, así es la vida y así somos los que la vivimos. Vamos y venimos, picamos aquí y allá y desaparecemos como mariposas en verano. Y ¿entonces, porqué siento yo esta especie de vacío? debe de ser porque me creo todo, me gustan esas personas, no demasiadas, a las que he dado mi confianza y cuando se van es como si se hiciera un agujero en alguna parte de mi cuerpo.

Lo curioso del caso es que hoy, una de estas personas, me decía, después de días y días de conversación y una larga temporada de silencio, que le gustaba hablar conmigo porque yo era bla, bla, bla, y aquí va una larga lista de mis virtudes y que quería que de vez en cuando siguiéramos hablando porque yo le ayudaba mucho y le enseñaba mucho ... jejeje ... pues !qué bien!

Pero, no me da la gana. Puede que sea tonta o no, pero me canso ya de que algunos piensen que lo soy con toda seguridad. Porque ¿y si yo quiero hablar con esa persona todos los días, o un día sí y otro no, o a deshoras, estará ella dispuesta a hacerlo porque a mi me apetece? No quiero parecer borde, pero cuando te asalta esa sensación de que te están utilizando, es mejor salir corriendo y cerrar la puerta al irte.

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