sábado, 23 de abril de 2011

Sábado; se ha ido



Pablo se ha ido. No se que siento, o mejor dicho no se que quiero sentir o que me dejo sentir. No se si para compensarme o porque de verdad le salió del corazón, el caso es que me hizo el amor con auténtica pasión. Y ahora se ha ido y no se si ha sido apreciación mía pero me parece que se iba totalmente feliz.

Me ha llamado Mariuca hace un rato. Se encontró ayer con Santi y le dijo que yo estaba aquí, la verdad es que no he llamado a nadie, lo que andaba buscando es un poco de tranquilidad y pocos compromisos, pero viniendo a Comillas es totalmente imposible nada de eso, a no ser que no salga de casa. Hemos salido a andar, como solemos hacer siempre cuando estamos en vacaciones. Mariuca es una mujer preciosa, tiene un pelo que todas le enviadiamos, pero sobre éso está la amiga que nunca te deja sola cuando te hace falta. Después de unas cuantas confidencias le he contado mis dudas sobre Pablo y sus viajes en sábado. Me ha mirado muy extrañada, como si no fuera yo y luego me ha preguntado si hablaba del Pablo de toda la vida, del nuestro, del mío. Era imposible nada sospechoso en Pablo, tiene más confianza en él que la que tengo yo últimamente. Hemos acabado riéndonos porque las dos resollábamos cuesta arriba pero no dejábamos de hablar.

Mi hermano se ha llevado a los niños a Santillana, ya sabeis ese pueblo del que dicen que es tres veces mentiroso, Santillana del mar, que ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Pero no le hace falta porque tiene todo lo demás, incluídas las cuevas de Altamira, aunque ahora ya no pueden visitarse. Mi madre me ha puesto cara larga cuando he vuelto de mi caminata, con un mohín me ha dicho que la dejamos sola, que venimos a estar con ella pero nos vamos. Tiene razón, pero no quiero quedarme mucho rato a su lado porque acabaríamos discutiendo. Que si estoy muy delgada, que si los niños no comen debidamente, que si a dónde va Pablo en días festivos; no hago nada bien para ella y no quiero volver a aquello ahora que ya lo he superado.

Veremos a ver que cara pone cuando le diga que he quedado a la una y media para tomar algo en los Trasbolillos, porque vamos a ir allí a buscar a Limpias que se ha traido a su chico y no ha querido ir a casa de sus padres, por lo que se ve para no oirles y porque aún no está segura de que vaya a presentárselo.

Y me voy que voy a ponerme como para una boda. Hoy quiero arrasar y veremos si aún no se me ha olvidado flirtear un poco.

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