miércoles, 28 de septiembre de 2011

Contra diablos, esclavos y dragones



Hemos dejado a Sirón con un grupo de mano vacía inspeccionando las cuevas donde encontraron aquel mal olor y los gritos desesperados, los demás seguimos nuestro camino porque mis sueños me piden que no me retrase. Seguimos circulando por carreteras con poco movimiento.

Esta mañana hemos llegado a Leipzi exhaustos, Sirón nos informa que lo que han descubierto es desconcertante y muy peligroso. Nos advierte que encontraremos más cuevas como aquella por todo el camino. Las voces pertenecían a millares de hombres que en aquellos túneles trabajan a marchas forzadas como esclavos del Dragón. Han tomado prisionero a un demonio cuando huía, al parecer teme más a los esclavos humanos y a los dragones que a nosotros.

En la reunión de anoche hemos decidido parar para buscar otros campos subterráneos y comprobar nosotros mismos qué está sucediendo. Mis sueños me agotan, todas las noches recibo esos mensajes de alguien que me pide que me apresure que soy necesaria. Aún no he decidido si esas ensoñaciones son buenas o malas, veo a un hombre sumamente atractivo con una gran presencia, moreno de ojos profundos y boca perfecta que me habla con voz persuasiva, al instante siguiente ya no es un hombre sino el Dragón, que me envuelve entre sus alas amorosamente. Le he preguntado quién es y me ha dicho que no es más que un hombre encerrado en un cuerpo extraño y que me necesita. Me ofrece una vida de poder y gloria, entre los dos construiremos un mundo nuevo y una ciudad nueva que será nuestra fortaleza perfecta y magnífica, en ella viviremos y reinaremos sobre los esclavos, monoi, diablos y dragones de la tierra y todos nos rendirán pleitesía.




Cuando despierto siento un terrible dolor de cabeza y lo que es peor una inquietud enorme y miedo, miedo porque me siento subyugada por esas palabras y me cuesta pensar en ellas con un poco de objetividad y sentido común. Ese hombre tiene un poder de atracción que consigue apoderarse de mis sentidos. Joaquín me ha avisado que me mantenga alerta porque puede resultar un ser maligno que pretende rendir mi voluntad.

En Wolfen hemos encontrado otra sima, enorme y oscura. Y es cierto, allí también hay un campamento de esclavos, trabajan velozmente vigilados por otros humanos sicarios que ejercen de guardianes. Nos hemos adentrado en el lugar con mucho cuidado para no ser vistos, teníamos que hacernos una idea antes de decidir si íbamos a atacar y cómo. Queremos liberar a esa pobre gente, pero no sabemos muy bien si eso será acertado pues son muchos y han vivido esclavizados mucho tiempo, puede que no sean capaces de cuidarse por sí mismos.

Nos hemos visto sorprendidos por algo que no nos esperábamos, en el borde de una sima una larga fila de demonios esperaba su turno, algunos esclavos los empujaban hacia el borde, en él otro esclavo y un dragón de menor rango, empuñando unas grandes mazas golpeaban a los demonios en la cabeza y luego los empujaban al fondo de la sima. Desde nuestra posición podíamos ver una enorme mancha negra allá abajo, formada por los cuerpos muertos de todos aquellos diablos. En ese momento comprendimos porqué habíamos visto a tantos huyendo despavoridos por todo Centroeuropa.

Nos retiramos, somos muy pocos para enfrentarnos a este ejército de asesinos a sangre fría, tenemos que planear alguna estrategia para que nuestro ataque resulte efectivo. Hemos de liberar a esta gente, incluso a los demonios, aunque aún no estamos seguros de quién es realmente nuestro enemigo y de si unos y otros no son también cómplices del Dragón en todos sus sueños de grandeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario