sábado, 8 de octubre de 2011

Seducción




Podría seducirme fácilmente si me olvido de por qué estoy aquí y sobre todo dónde estoy y con quién. Tiene ese atractivo de algunos hombres que aparecen muy masculinos y se manifiestan delicados y seductores. Cuando viene a mí jamás me deja ver su lado animal, esa imagen horrible que vi la primera vez que nos encontramos. El quiere ser así y dice que eso es por mí, me acompaña encantador por los alrededores de esta fortaleza enorme y horrible que está construyendo, o mejor dicho que construyen todos los esclavos humanos para él. Cuando se acerca a mí un poco más de lo conveniente su energía animal se apodera de mi ser y podría caer en sus brazos, olvidando la prudencia empujada por el deseo.

El dice que necesita que le acompañe para siempre en aquel lugar extraño, que sabe que su triunfo será mayor si estoy con él. Pero yo se que miente, lo mismo que le miento yo cuando me aplico a seducirle con todas mis armas de mujer. Puede que sea verdad que le gustaría tenerme con él aquí, pero la razón no es solo que me desea, lo que le preocupa es mi poder sobre los Monoi, mi capacidad de dominarlos y atraerlos a mi causa. Lo se porque le veo mirar con asombro y admiración cuando alguno se acerca y se postra ante mí, conocedor de que puedo exterminarle sin necesidad siquiera de moverme.

Juego con él, voy a seducirle de tal manera que no pueda prescindir de mí, porque así, cuando llegue la hora, quizá consigamos disminuir su poder. Ayer pudo saber cuál es el mío y yo comprendí que es un ser solitario que realmente necesita a alguien que lo comprenda. Tengo que conservar mi cabeza fría y no olvidar que detrás del hombre seductor que me ofrece, se esconde el Rey, el Dragón que desea arrasar el mundo conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario