viernes, 29 de abril de 2011

Preocupación y superficialidad



Ha amanecido un día precioso y me voy a pasar la mayor parte de la mañana viendo la televisión porque hoy se casa el príncipe de Inglaterra y me interesa mucho ver la ropa que llevan los invitados. He visto a la princesa Leticia y me ha parecido que estaba muy guapa  vestida de rosa palo.

Hoy estoy preocupada por otra cosa, aunque hable de eso tan aparentemente superficial.

Al abrir el correo me he encontrado con el mail de un amigo del que hacía mucho no sabía nada. Se trata de Fermín de Cuesta, no sé si le recordareis, durante un tiempo fue un modelo de moda muy conocido, era guapísimo y nos conocimos en la época en que yo acudía a todas las pasarelas en Madrid, Barcelona e incluso en París. Cuando terminó con su carrera en la moda, al cumplir algunos años, empezó a interesarse en labores humanitarias, aprovechando su imagen en los medios y desde entonces viaja de un lado a otro en representación de conocidas ONG.

El caso es que me ha mandado un correo que me ha dejado totalmente anonadada y como no sé cómo explicarlo, os lo copio aquí para que me digáis qué pensáis sobre el particular y qué podría hacer para ayudarle, dentro de lo que está en mis manos:

«Estoy en un tren que ha partido de Pekín a última hora de la tarde. Al salir de la ciudad, el ejército ha detenido el convoy. Han retenido a todos los que nos encontrábamos en nuestro vagón. Hay varios monjes budistas y otra gente conocida. Me van a detener. Están requisando los teléfonos »…

¿Es para preocuparse? no tiene pinta de ser una broma. He llamado a Conchita Real de los Salmones, que trabaja en asuntos de ayuda social y ONG, a ver qué le parece y si cree que es serio, que me diga qué podríamos hacer.



La alfombra roja en la Catedral de Londres se llena de vistosas señoras, algunas llevan sombreritos ridículos y otras van elegantísimas y de mientras el mundo se convulsiona en medio de cambios y desgracias. Mejor será que aproveche  lo que nos ofrece de bueno este día.

7 comentarios:

  1. Señorita Blanca. Lamento recordarle que le escribí esto el día 27:
    "Señorita Blanca.
    Volvemos a leernos después de tantos días. Tengo que serle sincero; he tenido una sensación mala y algo me decía que le hablara. ¿Tiene usted un amigo o una amiga que esté lejos?
    Tengo esa sensación... siento asustarla.
    Cuide de los amigos que están lejos. Hay miedo."
    Usted a su amigo no puede ayudarlo hoy día 29.
    Le pido, señorita Blanca, que no se tome a la ligera mis palabras de aquí en adelante.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Señor Don Hidalgocinis, si ha leido Vd. mi respuesta a su aviso de hace unos días (publicada justamente debajo de sus palabras) sabrá que me preocupó mucho lo que me decía, ya que tengo una amiga que vive en Beijing, con la que ya me he puesto en contacto indicándole que tuviera mucho cuidado en día 29 y a ser posible todos los demás días. La dejé muy asustada y en realidad no sé bien si me creyó porque, estará Vd. conmigo, a veces se hace dificil creer algunas cosas.

    Cuídese Vd. mucho, no deje su tratamiento y mire a ver si puede adivinar algo que sea bueno para la sociedad. Por ejemplo ¿quién ganará la Champión el Real M. o el Barcelona?

    No se enfade. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  3. Tiene usted razón. Hizo lo que estuvo en su mano.
    Lo que veo, no siempre es claro. ¿Han advertido ustedes a la embajada? Yo, siendo mejicano...

    ResponderEliminar
  4. Ojalá que tu amigo esté bien, realmente bien.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Estimado amigo.
    Quizá fuera posible que tuviese usted algún contacto para informarse en la embajada china en España, o en la embajada española en China.
    Quizá en unos días, cuando todo haya pasado, los dejen libres.
    Pero son duros días mientras tanto, ¿no cree usted?

    ResponderEliminar
  6. Blanca paso a saludarte y me encuentro con un hecho realmente preocupante, deseo que se resuelva todo bien y que tu amigo esté de vuelta lo antes posible.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Jolines, sí, vaya problema. ¿Y conoces a Fermín de Cuesta? ¡Es un hombre guapísimo! Mi madre también le conoce, de alguna fiesta,por eso pese a lo mono que es, no hice mucho caso de su existencia hasta que empezó con sus movidas humanitarias. Desde entonces, sí, y me cae muy bien (aunque no le conozco personalmente, ya te digo).

    A ver si se soluciona. ¿Tienes alguna nueva noticia? ¿Está bien?

    ResponderEliminar