martes, 10 de mayo de 2011

Mucho trabajo



Menos mal que he tenido bastante trabajo ayer y esta mañana, porque tengo un susto considerable. Hablaré primero de las cosas del día a día y después os contaré por qué estoy asustada. Ayer fui a Madrid en el vuelo de la mañana. He comprado algunas cosas para el invierno y quería ver los acabados y los colores y dibujos porque no es lo mismo verlo en el catálogo del comercial que en la mano. Madrid me encanta para un día, pero siempre vuelvo pensando en la suerte que es vivir en una ciudad pequeña y manejable. Hice mi trabajo en poco tiempo, porque la verdad, no me decepcionó nada lo que ya había visto, estoy satisfecha; a ver si se pasa un poco la crisis porque será una temporada, la próxima, de éxito seguro.

Me di unos buenos paseos, la casa a la que fuí está por la zona de Cibeles, por cierto se cerraba la pasarela, pero ya fui cuando la abrieron. Me acerqué paseando hasta la Gran Vía, quería verla como está ahora, tan agradable. A mediodía Sergio Stagnini, mi contacto en Madrid, se ha empeñado en que viera el taller de una modista joven y según me dijo de gran futuro.Después quedamos para ir a cenar por la zona de Salamanca, siempre hay ambiente por allí y tomamos una copa en la Castellana. Hoy tenía que coger el avión a mediodía, al salir del hotel he visto a un hombre joven, con un aspecto muy agradable, tocando el violín. Me he parado a escuchar, he oído a otros, pero este tocaba de una manera especial, en sus dedos vibraba su corazón seguramente porque las notas brotaban cálidas. No diré que era exactamente esto, pero sino era algo similar. Le he preguntado si era estudiante o un músico sin trabajo. Me ha mirado con unos ojos profundos y me ha dado una tarjeta en medio de unas palabras entrecortadas, parecía un hombre perdido. No se, me ha dado la impresión como de conocernos ya, aunque sé que no le he visto en mi vida.

Por unos instantes me ha mirado fijamente y me ha dado un vuelco el corazón, ya sabeis una de esas corazonadas que suceden a veces, me ha asustado un poco. Lástima que tenía que tomar el avión.

Han vuelto a llamar al teléfono la otra noche. Ya no se cortan y esta vez me han preguntado por Pablo, al decir que no estaba han colgado inmediatamente. Le he llamado esta mañana y hemos quedado a cenar porque tengo que saber qué pasa.

3 comentarios:

  1. Hola, Blanca: te escribo ahora porque Rosario y yo nos vamos a ir al pueblo aunque desde allí también me conectaré.

    Y seguro que el que tocaba el violín era ese chico de Salamanca. Lo raro es que no te convenciera para que te fueras con él ya sabes para qué.

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  2. Hola Pilar, me alegro de que por fin vayais al pueblo Rosario y tú, porque ya he leído en tu blog que ella no se encuentra muy bien. En cuanto al hombre del violín, puede que tengas razón, alguna vez creo que he tenido la ocasión de leerle y sé que es un D. Juan, pero yo no ligo nada. Aunque he de reconocer que era muy atractivo.

    Un abrazo y cuidaros.

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  3. !Ayss! Pilar, querida, si que tenía aspecto de ser un D. Juan ese chico del violín, pero yo ahora no tengo la cabeza para esas cosas, que si no ....

    Espero que Rosario ya esté mejor y que en el pueblo tú también estés más tranquila.

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