miércoles, 15 de junio de 2011

Hemos perdido un hombre




Caminamos penosamente por el collado de la Brecha, empieza a calentar el sol a pesar de la altura, Al fondo la cumbre del Perdido nos mira impasible. Santi, el guadia y el hijo del alcalde se nos han adelantado para prevenir si hay algo que no convenga. Yo camino con el francés y Vicente un poco ahogada, he de reconocerlo.


La Brecha de Rolando es un estrecho collado en el macizo del Monte Perdido, que según la leyenda fue hecho a golpe de espada por Roland. La leyenda cuenta que Rolando, habiendo sido derrotado en Roncesvalles y huyendo de la persecución, llegó a este paraje infranqueable. Para evitar que su espada Durandarte cayera en manos de infieles y antes de su muerte, la arrojó fuertemente contra la roca provocando la profunda brecha. 
 
Os cuento esto porque vereis que hay demasiadas similitudes en ciertas cosas que acontecieron y ahora suceden.

-!Quietos! no os movais, allí abajo veo algo.
Santi se desliza sigilosamente por la senda abierta entre la poca maleza que hay a esas alturas. Desde arriba se ven pequeños bultos en medio de un claro.
- Son restos, no se si de humanos o animales, pero esto está lleno de huesos machacados y de pelos y ojos. !No os acerqueis, sobre todo tú Blanca ! es asqueroso y huele muy mal.

Todos deciden bajar a investigar, Didier y yo, siguiendo las órdenes, nos quedamos arriba vigilando. Es entonces cuando oimos el rugido aterrador que sale del otro lado de la roca, la que mira a Ordesa; nosotros desde nuestra posición podemos ver a 怪物 saliendo de una cueva natural, con ese aspecto amenazador que hiela la sangre en las venas. Santi y los demás no pueden verlo desde abajo, pero sí han oido el rugido y se han parado en seco. Miran a un lado y a otro sin ver nuestros gestos intentando avisarles del peligro.



怪物  levanta la impresionante cabeza como si olfateara el aire y decididamente se dirige hacia donde están mis amigos. No sabemos qué hacer para llamar su atención y Didier decide disparar un tiro. Eso les hace volver la vista hacia nosotros y por gestos les indicamos por donde llega el peligro. Se esconden entre las rocas, pero ese animal los ve desde una gran altura.

- !Volver, volver! - chillo yo, como si pudieran oirme


Por fin  怪物 los ha visto y decidimamente se lanza contra ellos. Tengo los cartuchos en mi mochila y con una rabia apenas contenida prendemos uno y lo tiramos al aire. El sonido de la explosión la distrae por un momento y los hombres pueden salir corriendo riscos arriba camuflándose entre las rocas como mejor pueden. Es solo un momento, 怪物se da cuenta inmediatamente de la treta y como si pensara, cambia su ruta saliendoles al paso. El guardia tiene la mala suerte de tropezarse y caer al suelo, la zarpa del engendro lo atrapa en un minuto y lo acerca a su boca; Didier y yo chillamos aterrorizados, pensando que se va a comer al pobre hombre de un bocado, pero contra todo pronóstico lo que hace es tirarlo contra las rocas, el hombre rebota una y otra vez, cuando para, 怪物 vuelve a atraparlo y lo vuelve a tirar, esta vez con más fuerza, cae el suelo pesadamente, está muerto. El bicho juega con él como si fuera un gato jugando con un ratón, sus ojos están rojos y tienen la expresión más cruel que yo haya visto jamás. Santi y los hombres han aprovechado la ocasión para subir hasta nosotros y hemos salido corriendo por la senda, bajando hacia Ordesa, resbalando con los culos sobre la tierra, sin mirar para atrás, con un miedo tan grande que no somos conscientes de lo que estamos haciendo, ni hacia donde nos dirigimos, solo queremos huir, huir velozmente. De mientras 怪物 juega con el cadaver de nuestro compañero, lo mordisquea y lo va destrozando poco a poco con los dientes y las uñas, como si preparara deliciosas tiras de carne humana y cuando termina se las va comiendo poco a poco.




Hemos perdido a un hombre y no hemos podido hacer nada. Cuando conseguimos recobrar un poco la tranquilidad para poder pensar llegamos a la conclusión de que no podemos ir así a la aventura, que tenemos que forjar un plan que resulte más inteligente que ella. Llegamos al refugio del collado, no hay nadie, pero a su alrededor podemos ver las huellas del monstruo; no nos queda más remedio que descansar aquí, no es cosa de dormir al raso, pues a estas alturas las noches son muy frías. Tendremos que procurar no meter ruido ni llamar la atención.

Santi está muy preocupado, lomismo que todos los demás, pero él especialmente pues cree que no debiera haber venido con ellos. Pero esa ha sido una decisión mío y yo soy la responsable.

2 comentarios:

  1. Qué miedo debéis haber pasado, Blanca. Le he enseñado esta entrada a Rolando y ha torcido el gesto. Antes de irse (no me preguntes dónde, porque ni idea, no comparte conmigo esa clase de información) ha comentado un escueto "Quizá con esto se den cuenta de hasta qué punto esa criatura es invulnerable".

    Yo te diría que os limitéis a la defensa. Pero, claro, hablar es fácil, y te entiendo. También me encuentro en la fase inquieta de "la mejor defensa es un buen ataque".

    Si descubro que tienen algún punto débil, te lo cuento.

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  2. Señorita Blanca, la bestia aprende y por tanto puede ser engañada. No creo que sea más inteligente que una persona pero, aunque fuese así, ustedes tienen una única ventaja. La bestia piensa que ustedes son menos inteligentes que ella y se siente invulnerable. No piensen que sus armas son inútiles. Siente dolor, y el dolor le pude impedir pensar, como a nosotros.
    Recibirán ayuda desde el cielo, aunque no sé cómo será esa ayuda.
    ¡Tengan esperanza!

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