jueves, 21 de julio de 2011

Nos llaman a unirnos a la batalla

Estar en casa es una delicia, sino fuera  porque esta ya no se parece en mucho a la vieja casa de mi familia. Mi madre y su pareja se han instalado en lo que era la zona de servicio, lo más independiente de toda la casa, una vez de acondicionarlo, Los demás nos hemos repartido por el resto a la manera en que hemos podido. Mi habitación, la que siempre compartí con Pablo, al estar aquí, él esta durmiendo en la que era de mi hermano hace tiempo, se me antoja enorme ahora.

He hablado poco de Santi, no quiero recordarlo y a la vez lo tengo siempre en mi cabeza, llegó y desapareció, todo ello como un regalo en el momento oportuno la llegada e inoportunamente la partida. Aún no se si le echo en falta o siento que aparecerá de pronto por la puerta, con su sonrisa y sus brazos extendidos para abrazarme y reirnos juntos de la tonta idea de que se ha muerto.

Pero le vi tendido en el suelo, envuelto en su propia sangre y le he acompañado en su último viaje al crematorio. Lancé sus cenizas en nuestro rincón preferido, donde se que le gustaría estar. A todo ello me ha acompañado, además del resto de familia y amigos, Pablo, que vino con mi madre de S y se ha quedado aquí, al menos hasta que volviéramos, para cuidar de todos y especialmente de nuestros hijos.


No se cómo olvidar todo lo vivido, se que es pronto, pero no puedo dormir sin pesadillas y a veces me asalta el llanto y lo dejo brotar desconsoladamente. Para entretenerme, esta mañana he leído los blogs de mis amigos. Todos cuentan cosas semejantes, creo que las que viven más tranquilas son Pilar y Rosario, supongo que debido a que la primera tiene ese poder de que no le vean los pajarracos que suelen atacarles. Los demás viven inmersos en esta especie de infierno en que se ha convertido el mundo. Nada funciona, todo está destruído y principalmente, las personas se han vuelto desconfiadas y un poco depredadoras de sus semejantes. Rebeca también vive aventuras truculentas y además se ha muerto su padre, con lo que esto significa para ella, debido a su relación tormentosa. No se si ha sido Hidalgo o Brau el que nos llama a unirnos a ellos para combatir al enemigo que quiere aniquilarnos. Lo he comentado con Pablo en el desayuno y después de un rato largo de silencio, me ha dicho que se unirá a ellos en cuanto todo esté aquí en orden.

Se va de nuevo, es mi sino, antes o después, por una causa u otra, se van los dos. Se que no tengo derecho, porque ya terminé con él hace un tiempo, no le necesito como necesito a Santi, pero tenerlo cerca me hace sentir más segura. Me siento cansada. Aún no ha decidido nada. Tendremos que volver a hablar sobre ello otra vez, tal vez mañana.

1 comentario:

  1. Hola, Blanca, que vengo a devolverte la visita y a decirte que las dos sentimos mucho lo de Santi.
    Ahora hemos parado a dormir en Valdepeñas y mañana estaremos en Despeñaperros.
    Besitos.

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