Por fin hemos llegado a Jerez y aquí estamos instalando nuestras tiendas y organizando un campamento que, por lo que se ve, ha de servirnos para una temporada. Nos ha costado llegar hasta aquí y por el camino nos han sucedido muchas cosas, algunas de ellas bastante extrañas. He descubierto que se me conoce entre la gente que forma este ejército, soy la mujer que mató a dos Monoi y eso parece que me hace especial. Se que no he sido yo sola, que me ayudaron mis compañeros y se en mi corazón que perdí a Santi en el duro enfrentamiento. Pero agradezco el reconocimiento. También he aprendido que tengo algún poder, lo confirmé cuando nos atacaron los Nagishi de improviso a principio de semana. Mis pensamientos se transformaban en órdenes para esos espantosos bichos, medio aves, medio bestias. Mi poder no es mío, proviene de las esferas que encontramos entre los cadáveres de los Monoi. Las llevo ahora siempre conmigo porque debo aprender a controlar sus poderes y tratar de usarlos para que nuestro ejército salga vencedor en esta guerra.
Pero nos acechan muchos enemigos y algunos de ellos no son precisamente seres de otro mundo, sino humanos como nosotros, traidores a los suyos, adoradores del Rey o cobardes asustados que buscan congraciarse con el enemigo pensando que así se salvarán. Rebeca lo sabe bien, pues tuvo que enfrentarse al que intentaba envenenar el agua. Mantuvieron una fuerte escaramuza con él y algunos más que se unieron a la refriega. Rebeca tiene una pasmosa facilidad para apropiarse del Nuiz de cualquiera que lo posea y así se hizo con el de uno de los individuos.
Estoy preocupada. Llevo ocupándome de los asuntos de intendencia desde hace un tiempo, durante el camino y ahora en Jerez seguirá siendo mi cometido. Mi intuición (lo llamaré así, aunque se que tiene que ver con mis esferas) me dice que algo sucede con la comida o tal vez con los utensilios que utilizamos o las personas que me ayudan. Algunos de los ayudantes se sienten enfermos, también lo están los que escoltan las tiendas de noche e incluso nuestros aguerridos moteros, los amigos de Rosario y Pilar. He pensado que tal vez hemos comido algo en malas condiciones y a algunos les ha hecho una reacción más fuerte, pero, como digo, siento en mi cabeza que hay algo que no va bien. He estado investigando, he vigilado de día y de noche, Joaquín me ha ayudado. Un poderoso impulso me llevó hasta el almacén donde guardamos todos nuestros utensilios caseros, son un tesoro que no podemos perder y están bajo llave. Vimos una pequeña luz que se movía de un lado a otro y la puerta, que debía estar cerrada, semi entornada. No soy valiente, pero algo me empujó a entrar sigilosamente y encontré a aquel hombre manipulando nuestros cubiertos con algo que llevaba en la mano. Nos miró sorprendido y asustado cuando vio que le habíamos cogido in fraganti.
No le conocíamos, no era ninguno de nuestros ayudantes, pero pasaba aquella cosa por cada tenedor a una velocidad pasmosa.
Intentó salir corriendo, Joaquín le cortó el paso y se enzarzaron en una pelea. Yo quería apoderarme de aquella extraña esponja, o lo que fuera, para saber qué tramaba allí. Cuando se vio perdido, con Joaquín apretándole el cuello, le dio un empujón y salió corriendo, no se como lo hice, pero le arreé un golpe en la cabeza con un cazo y le dejé KO. Lo que llevaba en la mano ha resultado ser algo pringoso de una sustancia desconocida, con un extraño olor. Cuando ha recobrado el conocimiento y después de interrogarle incesantemente ha dicho algo sobre la Diosa, la lider de las arañas gigantescas que posee un carisma superior al de todos los demás, y que están ocupando todas las centrales energéticas, siempre preparando la venida del temible Rey.
De pronto se ha quedado mudo, en sus ojos se reflejaba un terror incontenible, ha salido corriendo de la tienda y se ha lanzado bajo un camión que circulaba en ese momento.
Estaba muerto, al tomarle el pulso a ver si aún latía su corazón hemos visto, tatuada en su brazo esta inscripción EdlDA PdlRdR , aún no sabemos que puede significar, pero parecen las siglas de alguna secta secreta o palabras en algún idioma extraño.
Se, porque mi intuición me avisa, que lo que nos está poniendo enfermos es el poderoso veneno de esa araña gigantesca, con él tratan de debilitarnos para mermar nuestra defensa.
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